martes, 22 de septiembre de 2009

EL FUTURO SIN FUTURO (Escuela Nº 49, Quequén)

Es común en nuestro caso recibir cartas, opiniones y reflexiones. Hace varias semanas recibimos de parte del Prof. Guillermo Sturla, una carta que tiene la particularidad de hacernos reflexionar sobre la educación en general.

Nos tomamos el tiempo necesario, para publicar la misma, porque estábamos en plena investigación de varios juicios contra la Municipalidad de Necochea. Lo imposible de comprender, en este caso, que los mismos fueran precisamente sobre la educación, o bienes destinados a ellos.

Transcribimos la carta recibida, cuyo titulo es: “EL FUTURO SIN FUTURO”

La Vocación más profunda, la frustración más grande.

Había una vez… un docente que entró al aula con un libro en una mano y un puñado de semillas en la otra. Cuando concluyó su tarea y se despidió de sus alumnos, tenía el libro pero las semillas ya las había sembrado. Fue fiel al más noble de los oficios. Intentó hacerlo con todas sus fuerzas y superando sus propias debilidades. El último propósito para con sus alumnos fue hacerlos soñar, ver otras realidades, percibir una belleza que se llama “espíritu humano”, “Dios”, “Amor”, y “Emoción ante el misterio de la vida”.

De eso se trata la Educación, sembrar, soñar, admirarse, fecundar las utopías, transmitir, dar y recibir, crecer y forjar.

Pero…

El deterioro argentino en materia educativa es demasiado notorio. “Abunda la falta de ejemplos.”

Hay escasos modelos a seguir. Se ha pauperizado la escala de valores, códigos y principios.

LA DECADENCIA se ha llevado puesta a la educación argentina, pues es el detonante y fusible, el testimonio cabal de que estamos perdiendo la voluntad en pensar y sostener que el estudio tendría que ser un objetivo nacional, compartido, prohijado e impulsado por todos.

Ponemos en juego el porvenir. Nuestras propias falencias y desaguisados nos llevaron a bancarrotas en economía, en salud, en justicia, en calidad democrática y por supuesto en cultura y en educación. Dejamos por omisión, de aportar a la eficiencia, a la excelencia, a la nivelación hacia arriba y a la necesidad de ser mejores.

Por múltiples factores, hoy la escuela, la educación, están en avalancha descendente y perniciosa.

Alumnos poco incentivados, límites inexistentes, docentes poco reconocidos; algunos ya apagados en su luz interior; condiciones de infraestructura muchas veces deprimentes, colaboran en el alud.

Padres que no pueden, no saben o no quieren y alguna dirigencia deleznable completa el menú.

Cada vez podemos hablar menos de la nivelación de los egresados y la posibilidad de inserción laboral y profesional.

Es una utopía PERORAR de valores referentes como estudio, profundización de conocimientos y necesidad de perfección.

Pasamos de ser primeros en Latinoamérica e importantes en el mundo, a ser educativamente del montón.

Claro está, en latitudes serias, los gobiernos comprenden la imperiosa necesidad de estudio, escuela, educación y cultura. Lo conocen y lo aplican, invierten en el futuro y accionan coherentemente.

En el panorama nativo, se agrega un componente lamentable para muchos de nuestros adolescentes; la falta de contención, afecto, orientación y la muestra de proyectos con esperanzas, de sueños realizables y posibles.

Los forjadores de nuestra historia priorizaron el saber, Moreno, Belgrano, San Martín, Sarmiento y muchos otros lo objetivaron de manera contundente.

Un milenario proverbio árabe sentencia que…

“Sólo cuidamos lo que amamos,

Sólo amamos lo que conocemos y

Sólo conocemos lo que nos enseñaron”

Perdimos mucho, debemos reaprender otro tanto o sucumbiremos ante los nuevos desafíos.

Pero…hace más de un año, nuestro municipio lamentablemente sucumbió ante la inoperancia e ineficiencia.

No hay ningún motivo que justifique la actitud de nuestro Intendente, para que se este ante la posibilidad del desalojo de la Escuela Nº 49.

Tres causas se han presentado en la Justicia local, por el incumplimiento del contrato de alquiler por parte del Municipio, en perjuicio de quien alquilo de buena fe su casa.

Por esta misma razón se deriva el juicio por daños y perjuicios, además la demanda por la suma de DIEZ MIL QUINIENTOS ($ 10.500), con más sus intereses compensatorios y punitorios, costos y costas de la ejecución; y por DESALOJO.

Precisamente, la educación debería haber sido una prioridad para nuestro Ejecutivo Municipal.

Si la deuda hasta la fecha es de tan solo unos pocos pesos, si tomamos en cuenta el presupuesto de 100 millones anuales, no encontramos explicación alguna.

Sabemos que se agotaron todas las instancia para no llegar ha esta situación.

Imaginemos por unos instantes, si la educación y los ejemplos que les estamos dando, tienen su correlato en sembrar, soñar, admirarse, fecundar las utopías, transmitir, dar y recibir, crecer y forjar…un futuro para los niños de la Escuela Nº 49 de Quequén.

Será…la frustración más grande…

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