Una de las frases que escucho el numeroso auditorio en Mar del Plata, precisamente por parte del Dr. Eduardo Duhalde.
En uno de los salones del hotel Costa Galana, se produjo la inauguración de la sede del Movimiento Productivo Argentino, correspondiente al curso de Formación de Dirigentes para una Argentina Productiva.
En la mayoría de los medios de comunicación, ya sean Nacionales como Regionales, el mismo fue tomado con un tilde político, y las declaraciones antes las circunstancias que vivimos determinan este tipo de interpretación.
Pero como la asistencia de referentes de la producción como así también de los sectores políticos, institucionales y gremiales, los mismos nos alcanzaron, no solo estas declaraciones si no parte de los temas y enfoques tratados.
Por supuesto que las figuras que estuvieron presentes como por ejemplo, quien preside este movimiento Carlos Brown, en Mar del Plata Dr. Cristian Lence, los diputados nacionales, Jorge Sarghini, Francisco de Narváez, Dante Camaño, la radical Vilma Baragiola, la senadora Hilda González de Duhalde, Javier González Fraga, y Julio Cesar Araoz.
Entre los marplatenses el empresario Quique Cabrales, el padre Armando Ledesma, los dirigentes agropecuarios Mario Raiteri, Abel Ayala y Mauro Palumbo.
Entre los presentes se observaron los necochenses, Mario Lastra, Guillermo Petersen, Fabián Del Rió, el Dr. Julio Copercido y D’onofrio Pepe, Daniel González y aseguran que un nutrido grupo de asistentes de nuestra ciudad se encontraban en este curso.
Uno de los pasajes sobresalientes, en el discurso fue:
“Quienes sufrieron la depresión económica, con todas las secuelas, como la parálisis de la industria, perdida de beneficios de los productores agropecuarios, desocupación masiva, pauperización veloz de los sectores medios, marginalidad y exclusión, violencia social, corrupción. En las grandes ciudades, cientos de miles de familias eran echadas a las calles por no poder pagar los alquileres. También los campesinos perdían la tierra o se endeudaban sin poder pagar. Se tomaron difíciles decisiones, se abandono el corsé económico y se pesifico la economía (la Corte Suprema de Justicia tardo cuatro años en convalidar esa medida).Se puso en marcha un modelo productivo de sello keynesiano, con gran actividad del Estado con la obra publica y alta participación en la promoción de la industria nacional. Y sobre todo la voluntad política de emprender ese cambio, se aprendió la lección del derrumbe de un país que se creía invulnerable y comprendió que la única vía de crecimiento sostenido y de estabilidad económica, social y política es la defensa acérrima de la producción y el trabajo nacionales. Al igual que el presidente Roosevelt, se tomaron en la Argentina decisiones similares”.
Para finalizar: “Se reían de mi cuando decía que Argentina esta condenada al éxito. Porque no entienden, no saben, no lo conocen. No quiero cargar las tintas a este Gobierno porque los anteriores tampoco pudieron resolver el problema”.
“Argentina esta condenada al éxito”.
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