El próximo viernes, en los salones de
Ese día el Salón de Exposiciones llevara su nombre.
Su nombre y apellido será como uno de aquellos que nunca olvidaron a su líder ni siquiera su doctrina. Tampoco olvidaba que la palabra “lealtad”, mas que un valor fue una forma de vida.
Fue uno de los pocos, que jamás claudico en sus convicciones. Sintió el peronismo como propio, vivió como un peronista.
Para el, el movimiento representaba una filosofía de vida netamente nacional, popular, humanista y cristiana.
Todo y cada uno de los días, proclamaba a los cuatro vientos que este era un proyecto de una “nación socialmente justa, económicamente independiente y políticamente soberana”
Tenía una necesidad imperiosa y desbordante, casi “espiritual” de predicar su sentimiento en todo momento, en cada lugar y ante cualquier circunstancia.
Cada 17 de Noviembre, salvo cuando la enfermedad, esa maldita enfermedad, no le permitiera, estaba presente “homenajeando a todos los que nos dejaron físicamente pero no espiritualmente” aseguraba a quien lo quisiera escuchar.
Tuvo el reconocimiento en vida por parte del Partido Justicialista de Necochea de recibir un pergamino, en reconocimiento a su trayectoria y militancia.
Fue Presidente de
Fue un luchador contra la injusticia, siempre al lado de los que menos tienen y más necesitan. Su trayectoria militante, siempre dentro del peronismo.
Su militancia fue una forma de sentir la vida. Lo impulso a trabajar codo a codo con los compañeros a los que les dolía la injusticia.
Muchos creerán que te fuiste, pero no es así. Estarás en el corazón de todos aquellos que sintieron que tu militancia fue una forma genuina de expresión ciudadana.
Tu trabajo altruista, solidario y desinteresado con convicciones, con principios y con valores, en lo político, social o comunitario.
No te fuiste, aun permaneces Donaldo Nardelli…
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