Llamativo es que los radicales denominados “molinistas”, sigan los pasos de vaya a saber quien, cuyo concepto ideológico es desprestigiar usando a la sociedad de rehén.
Hace tan solo una semana la comunidad de Necochea, vivió casi una semana con la “basura”, sin recolectar a través de un conflicto con el gremio de Chóferes de Camiones, y ninguna solicitada paga, se publico en ningún medio.
Los mismos comunicadores que se jactaron de anunciar que la culpa la tienen los sindicalistas de UATRE, nada decían de Servicios Ambientales, y de los muchachos llámese afiliados, simpatizantes, militantes, concejales y funcionarios oficialistas, quienes no citaron a ninguna manifestación.
Reprochable la actitud del Intendente Municipal Daniel Molina, que si salio a recibir a los manifestantes, un centenar de personas y algunos camiones, pero cuando las 7 mil personas se manifestaron por la inseguridad, solo permitió el acceso a cuatro representantes.
El titular del matutino local de hoy se ve al mismo Dr. Molina hablando en las escalinatas del palacio municipal, hace varios meses solo lo hizo en su despacho y con la custodia policial.
No hubo agentes de Infantería, como si lo fue en aquella oportunidad.
Conocidos empresarios relacionados a la actividad portuaria, representantes de entidades de acopio (su presidente Carlos Díaz), con cara de poco entender pero se hicieron presentes.
Varias solicitadas de distinto tenor para culpar hasta el mismo Secretario General del gremio Venegas, cuando hace unos meses le pedían la intervención por la famosa “125”, retenciones a la producción agropecuaria, que si los perjudicaba.
Varios de ellos intentaban no salir en la foto, pero son demasiados conocidos como para ocultarse, sin embargo cuando los colegas periodistas se acercaron hasta escapaban de los micrófonos.
Muchos quisieron pasar desapercibidos, hasta las mismas entidades y asociados les exigen hoy explicaciones, difíciles momentos se encuentran pasando para explicar lo inexplicable.
Cuando nuestro amigo “Juan Cuadro” nos relataba: “no sabes la cantidad de llamados telefónicos que realizaron los funcionarios para las “invitaciones” pocas amigables y de varios agentes publicitarios que acondicionaban a sus auspiciantes, siempre desde el mismo Municipio, asiendo uso del erario publico (aunque tan solo sean llamados locales), fue como para la foto”.
Para agregar: “varios empresarios se arrinconaron en los pasillos del primer piso con cara de “que hacemos acá”, que uno siendo un simple empleado municipal hasta los consideraba grandes señores, pero demostraron ser unos arrastrados del poder”.
Lo mismo le sucedía a los empleados y personal jerárquico de las empresas del nivel de Cargill, internacionales ellas que fueron intimidados por sus superiores, para obligarlos a marchar a la plaza, con la posibilidad de ser suspendidos en caso de que no lo hicieran.
Sabrán en Cargill, Oficina Buenos Aires Leandro N. Alem 928, Capital Federal, empresa que posee negocios propios en 67 países, más de 160,000 empleados y operaciones comerciales con otros 100 países, lo sucedido en la planta de Quequen.
Perdónalos señor, no saben lo que hacen…
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